Se trata del que piensa ante todo darse una buena vida. Y para eso "amontona riquezas para sí" . Su seguridad prevalece, está sobre todo.
Toda su confianza está puesta en los "muchos bienes almacenados para muchos años". Prácticamente niega a Dios. No es un "hijo de Dios". no lo tiene en cuenta.
Su riqueza es injusta" (Lc. 16,8.9.11) porque está privando a otros de lo que necesitan.
No se comporta como hermano: no comparte
Y es un insensato porque "para Dios no es rico".
¿Cómo será rico para Dios? Pues buscando que él reine. Y ¿podrá reinar Dios en sus hijos si al acumular y acaparar empobrecen a otros seres humanos, hijos igualmente de Dios?
Ante Dios la existencia de aquel que "amontona riquezas para sí, y para Dios no es rico", es una existencia sin sentido para el reinado de Dios, aquí y cuando le reclamen la vida.
La verdadera riqueza de la vida es ser don para los otros.
Rico para el Reino, rico para Dios es el que tiene en cuenta en su vida a Dios, confía en él como hijo, y comparte sus bienes con los otros.
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