Cumple lo que prometes
Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas
(Eclesiastés 5:4-5).
Reflexión: Uno de los grandes problemas que posee la humanidad es lo desvalorizada que está la palabra, actitud que es sancionada por Dios cuando en Deuteronomio 23:21 dice: “Cuando haces voto a Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo; porque ciertamente lo demandará Jehová tu Dios de ti, y sería pecado en ti”. Muchas veces producto de la emoción o la apremiante necesidad de recibir algo de Dios le hacemos promesas que luego no cumplimos. Quizás llegaste a considerar que el no cumplir con nuestras promesas no traerá consecuencia sobre nosotros, pero ten presente que un día daremos cuenta ante el Señor de todo lo que prometamos, hagamos e incluso hablemos, así lo declaró Jesús en Mateo 12:36-37 “Más yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”. Antes de prometer algo evalúa si podrás llegar a realizarlo porque eso que ves como algo insignificante es de gran importancia delante de Dios, ya que cuando hacemos una promesa quedamos ligados por las palabras de nuestra boca y debemos cumplirla, como se advierte en Proverbios 6:2 “Te has enlazado con las palabras de tu boca, Y has quedado preso en los dichos de tus labios.” El hacer una promesa y no cumplirla nos convierte en mentirosos, es momento que hagas una retro inspección de ti mismo y te preguntes ¿Cuántas veces has prometido a Dios hacer esto, o dejar de hacer aquello? Recuerda, mejor es no prometer, que prometer para no cumplir.
Paz y Gracia.